JOSUE777. gracias por compartirlo.
Por el titulo llegue a pensar infinidad de cosas jajaja, vaya que esta interesante el tema y por lo mismo me puse a investigar un poco mas y encontre lo siguiente que comparto. Las imagenes del post fuente estan protegidas en sus links y es algo complicado o laborioso el poder compartirlas aqui, les recomiendo dar click en cada una y las veran mas grandes.
Muy interesante y vaya que la orografia de Bolivia es complicada, hace poco estuve ahi y en verdad que se disfruta el paisaje, el pasar de areas deserticas a montañosas, selvaticas y obvio por el tema que se trata el trayecto sea tierra o aire de La Paz hacia las poblaciones de el Departamento del Beni.
La carretera de la muerte solo es parte de la ruta terrestre, viajar de La Paz a Rurrenabaque por la reserva indigena de los Lajas para despues llegar a los terrenos no montañosos que hacen frontera con Brasil en el area amazonica. Esta area es la que debian sortear en los vuelos, posiblemente a quien no ubique y vio los documentales de Discovery de carreteras de la muerte en el mundo le quede mas claro. Saludos.
Fuente:
http://www.estanciasvh.com/?p=2189
copia textual
Carniceros del aire - Un documental historico
Corría el año 1992, en Bolivia la ganadería estaba en pleno proceso de convertirse en una industria altamente calificada.
Cuando hablamos de procesos nos referimos a las etapas de cría que por las décadas de los 60 hasta los 80 realizaban los valientes ganaderos bovinos de la zona amazónica beniana de nuestro país, donde la cantidad de ganado primaba para satisfacer sus demandas económicas de subsistencia como también la de darle un uso racional a sus grandes extensiones de praderas naturales de pasto,cumpliendo una Función Económica Social.
El mercado natural de la carne beniana por aquella entonces, era la ciudad de La Paz, las minas, Oruro y algunas ciudades intermedias de importancia. El medio de transporte de esta mercadería a los centros de abastecimiento era el aéreo y los aviones utilizados eran en su mayoría de la segunda guerra mundial, bombarderos CURTIS, DC-3 como también los CONVAIR con un promedio de funcionamiento de mas de 40 años.
Los pilotos eran formados y capacitados para cruzar la cordillera de LOS ANDES de una manera intrépida, ya que el techo limite de altura que tenían estos aviones les permitía rozar la cordillera y el vuelo completo era instrumental en base a tiempos que les proporcionaba su reloj de pulsera, sin ningún tipo de ayuda de sistemas de radio faro, gps, etc.
En la década de los 90 esta aviación fue desapareciendo, ya que la cantidad de accidentes fatales hizo desaparecer a los pilotos heroicos como a las pocas naves que sobrevivían al paso del tiempo.
Este documental resume esta historia y nos recuerda a uno de los mejores pilotos que tuvo esta aviación el Capitán Walter Ballivian, a quien lo llamábamos Cap. Ballico, así también ilustra lo que era una Estancia ganadera del Beni como Palmira, que en aquella época su propietario Don Joaquin Cuellar Subirana era un referente ganadero de Bolivia.
A continuación podrán observar algunas fotos que refleja un resumen de este documental que una vez hecho publico demostraba con la muerte del Cap. Ballivian lo peligroso que era este tipo de transporte.
Carniceros del aire es un documental para TVE. Cuenta la historia de unos pilotos bolivianos que vuelan en aviones muertos, desguazados, vueltos a la vida por el hechizo de mecánicos que, ingenuamente, creen en la vida eterna.
Se los llama aviones carniceros no sólo por atravesar los Andes de La Paz a las haciendas del departamento Beni en busca de la carne de las reses que allí se crían, también porque estas naves se desploman con la ligereza de una lluviecita otoñal. Da un poco de pena ver a esos gigantes del pasado explotados hasta más allá de su último aliento, mutilados, con sus engranajes más íntimos expuestos. Pero también fascina la aceptación del destino de los pilotos, de los nueve de la primera camada de egresados siete ya han muerto en accidentes y uno solo, el capitán Walter Ballivian, sigue en servicio.
En uno de sus muchos accidentes, el capitán Ballivian recuerda que le dijo a su copiloto: “¡Nos matamos, Lito!”, “Mala suerte, capitán”, fue la respuesta. En otra experiencia surrealista, casi una parodia de los Vuelos de la muerte de la dictadura argentina, se cuenta uno de esos viejos aviones con sobrepeso tuvo que lanzar medias reses sobre la ciudad para poder aterrizar.